Fiestas

Una de las mejores maneras de conocer las calles y a los vecinos de Villafranca de Córdoba es participar en sus fiestas y verbenas. A lo largo de las barriadas del municipio se suceden las concentraciones de la gente de Villafranca y se disfruta de la fiesta comiendo y bebiendo.

La Devoción y la Pasión se vuelcan en alguna de las celebraciones como la de la Semana Santa, La Romería de San Isidro Labrador o las Fiestas en Honor a Nuestra Señora La Virgen de Los Remedios.

Otras en cambio dan un toque de color al día a día de la Villa en forma de Carnaval o como en el florido mes de mayo en donde se engalanan cruces, rejas, patios y balcones.

La Gran Huevada

Historia de la fiesta

La Gran Huevada y la verbena que se desarrollan a la vez, la noche del 14 de mayo, van unidas intrínsecamente a la Romería en honor de San Isidro Labrador, patrono de los agricultores, el día 15 de Mayo. Esta fiesta de primavera tiene desde sus inicios, un carácter de hermandad y convivencia, así como de caridad asistencial y ayuda a los necesitados.

La primera romería tiene lugar el 15 de Mayo de 1.946, se procesiona por los alrededores del pueblo la imagen de San Isidro, adquirida por la «Hermandad Sindical de Labradores y Ganaderos”, fundada en 1.945. Estas primeras romerías conllevan lo asistencial, ya que ese día se daban hasta 4.000 comidas, preparadas por cocineros y personas del «Auxilio Social” de Córdoba. Se daban cita no solo personas de la localidad sino también de la comarca y la capital. Esto se prolongó durante siete años más, hasta 1.952, último año en que se dan las comidas, pero este será el germen de la futura «Huevada».

Ininterrumpidamente las romerías se suceden, celebrándose desde entonces en la finca de » La Huertezuela «, organizada por la Cámara Agraria Local. El 14 de mayo de 1.972 se organiza la primera verbena popular, en vísperas de la romería. Los miembros de la Hermandad Sindical de Labradores y Ganaderos, querían hacer algo para dar más realce a la fiesta de los agricultores, y fue Antonio Pérez Porras, secretario de la Cámara Agraria, el que ideo y propuso para mayo de 1.982 la primera huevada, con los productos más simples del campo como son los huevos, el aceite, pan y vino.

Las primeras huevadas fueron sufragadas por la Cámara Agraria Local, pero pasados los años, fue tal el éxito de esta fiesta, que una vez disueltas las Cámaras por el Estado, fue el Ayuntamiento de Villafranca el que se hizo cargo de esta singular fiesta, junto a la Hermandad de » San Isidro Labrador”, fundada en 1.998, hasta nuestros días.  El video que se acompaña es el de La Gran Huevada número 35 de fecha 14 de mayo 2017, emitido por Onda Mezquita el 16.05.17.

Imágenes del evento

Vídeos del evento

Enlaces de interés

La Romería

Orígenes de la Romería

Desconocemos la época en que los villafranqueños comenzaron a venerar a San Isidro, pero es de suponer que sería después de 1622 fecha en la que fue canonizado y a partir de la que comienzan a fundarse cofradías con su nombre en tierras cordobesas. Parece ser que la primera se erigió en Torrefranca –actual municipio de Dos Torres- el mismo año en que fue elevado a los altares. Posteriormente, en 1655 los labradores de Córdoba crean una hermandad, en la iglesia conventual de San Agustín, por no haber en la ciudad ninguna de esta advocación. A largo del siglo XVIII van apareciendo en otras poblaciones: Pozoblanco, Villanueva, Fuente Tójar…

Aunque no hay constancia en la villa de ninguna cofradía de San Isidro, su imagen se encontraba en una sencilla capilla barroca en la ermita de la Soledad. La talla del santo era de madera y medía un metro y cuarenta centímetros de altura. Ésta permanecía siempre en el referido templo en el que todos los años le ofrecían un triduo como preparación a la misa del 15 de mayo y posterior procesión por los alrededores para bendecir los campos. La situación política de los años anteriores a la guerra civil influyó en que se perdiera esta costumbre.

La reanudación del culto a San Isidro, después de la contienda, está ligado a la adquisición de la imagen y a la erección, en la parroquia, de un sencillo altar para venerarla. Ambas iniciativas partieron de la Hermandad Sindical Mixta, que lo mismo que en todos los pueblos de España fomentó el patronazgo de este Santo sobre los labradores. De todos es sabido que fue esta entidad la que consiguió que el papa Juan XXIII proclamara a San Isidro patrón de los labradores españoles, a finales de 1960, refrendando de manera oficial lo que ellos consideraban desde antiguo.

A falta de documentación he recurrido a las fuentes orales que me han informado como la nueva talla fue adquirida en Madrid, por don Francisco Pérez Muñoz –el capitán Pérez- que recibió el encargo de los responsables de la antigua hermandad de labradores y ganaderos. Este señor observó que el arado que llevaba la efigie era pequeño para su tamaño y tras consultar con los que le habían encomendado la gestión visito a otro paisano afincado en Madrid, D. Rafael Léon Torres, conocido como “Peronias”, al que le encargó la hechura del arado. El artista puso gran cariño en la ejecución de la obra y se dispuso a fabricar el apero en madera de aliso totalmente trabajada a mano y tomando como modelo los arados romanos que él mismo había visto en Villafranca. Una vez terminado, le ajustó la reja y los adornos metálicos.

Cuando llegó al pueblo le prepararon el tradicional triduo, que los primeros años predicado por un sacerdote de fuera; precisamente uno de ellos, el padre Jerónimo de la Orden del Carmen tuvo la feliz idea de celebrar una romería. El lugar elegido fue la finca La Huertezuela donde todavía se sigue celebrando.

Puesto que las personas consultadas, no se ponen de acuerdo en la fecha que tuvo lugar la primera romería, no me aventuro a decir el año exacto en que comenzó. En lo que coinciden todos es que, desde entonces, se ha celebrado todos los años a excepción de uno –parece ser que el segundo- en que, debido a la lluvia, se sustituyó por una procesión después de la misa. El cortejo se dirigió a las ruinas de la ermita de La Soledad, en cuyos alrededores se bendijeron los campos, rememorando lo que hacían los antiguos labradores villafranqueños.

Las primeras carrozas iban tiradas por mulos y bueyes y se hacían con carros y carretas cuyos puntiagudos varales se forraban con lentisco o de retama y se remataban con hojas de palmera que cruzaban de un lado a otro, formando artísticos arcos. Después se ornamentaban con guirnaldas de flores y cadenetas de papel de seda que le daban más vistosidad y colorido. La sencillez del ornato no estaba exenta del buen gusto que caracterizado siempre a nuestras gentes.

Desde que amanecía el 15 de mayo se respiraba en Villafranca un ambiente festivo. La carroza de San Isidro, siempre tirada por bueyes, se colocaba en la puerta de la parroquia. Inmediatamente detrás, una tartana para el sacerdote y los responsables de la hermandad. A continuación las carrozas por orden de llegada. Un repique de campanas anunciaba la salida de la imagen de la iglesia y el comienzo del desfile, en el que también participaban caballistas y bastantes romeros a pie.

Al llegar a la finca disponían las carrozas en la era y el sacerdote celebraba la misa, en latín y de espaldas a los fieles, en le balcón central de la casa. El momento de la consagración era anunciado por una campanilla que tañía Juan Pastor desde una pequeña ventana lateral. Después, el mismo presbítero, procedía a la bendición de los campos. Los romeros se colocaban frente al caserío y asistían a misa con un profundo respeto.

Finalizado el acto religioso, se introducía la imagen en la casa y la Hermandad Sindical ofrecía una copa de vino y unas tapas a las autoridades. Mientras, unos se dirigían a las pocas casetas que montaban los propietarios de algunos bares del pueblo; otros se disponían para comer el perol cordobés, que costeaba la Organización Sindical y preparaban Alfonso Gallardo y su esposa Jacinta, o se acomodaban con las “fiambreras” en la alameda o bajo los frondosos nogales que rodeaban a la alberca. En el transcurso del día se cantaban y bailaban sevillanas.

A media tarde, con mucho orden se volvía al pueblo. Las carretas, sin estropear, eran recibidas con un repique de campanas y con la calle Alcolea abarrotada de gente.

La fiesta tuvo más aliciente cuando a algún artista local se le ocurrió hacer una carroza con “figura”. A partir de ese año proliferaron barcos, patos, canastos, copas, mariposas, patios andaluces, colmenas con abejas…y hasta un castillo, que debido a su gran tamaño, ocupó dos carros. En la confección de estas carrozas se unía la creatividad y el arte de los villafranqueños que se afanaban en mejorar lo que habían hecho el años anterior. Para incentivar el buen hacer inventaron los premios que trajeron no pocos disgustos y estropearon la jornada festiva a más de una persona. Sin embargo, el enfado duraba poco y se arreglaba a los pocos días cuando el corresponsal del periódico CÓRDOBA, D. Enrique Ayllón, escribía el nombre de las carretas ganadoras y las “bellas y simpáticas señoritas” que iban en ellas.

Con el fin de darle más auge a la romería los responsables de la Hermandad Sindical prolongaron la fiesta organizando, el día 14 de mayo de 1969, una verbena popular en la que al principio sólo actuaban conjuntos musicales o coros rocieros. Esta velada fue completándose con la procesión de la nueva talla y las ofrendas de los productos del campo que le hacen los niños y jóvenes ataviados de “gitanas o flamencos”. Más tarde, en 1982, fue la primera “huevada”. Verbena, procesión, ofrendas y huevada han hecho que la víspera de la celebración tenga tanto protagonismo como la propia romería.

Por primera vez, en 1998, un grupo de personas constituyeron la Hermandad de San Isidro Labrador, llegando a formar parte alrededor de 1000 hermanos y cuya labor ha sido, hasta la actualidad, la organización de diferentes eventos, culminando con la fiesta mayor en honor a San Isidro, la Romería.

Luis Segado Gómez

– Cronista Oficial de la Villa

Nota: El video corresponde a la romería del año 2017, emitido por el programa Onda Mezquita el 17.05.17.

Vídeos del evento

Ferias y Fiestas

La Candelaria

Se celebran con hogueras en las calles y con degustación de sardinas, ajo arriero y migas. Tienen lugar en la noche del 2 de Febrero.

La Candelaria

Carnavales

El Carnaval de Villafranca se celebra durante dos fines de semana del mes de Febrero. Es conocido por el Gran Concurso Local de Agrupaciones Carnavalescas. Además tiene lugar la Fiesta Infantil de Carnaval, las actuaciones de las chirigotas y comparsas por las calles, plazas y barrios de la localidad y el tradicional Domingo de Piñata para despedir la fiesta.Tras finalizar el concurso local las agrupaciones son invitadas por los bares y restaurantes villafranqueños para poner una nota musical a su servicio, realizando incluso pequeños festivales de agrupaciones.

Día de Andalucía

Se celebra el 28 de Febrero en el Parque de las Cespedillas. Este día sirve de gran convivencia para asociaciones, colectivos, peñas y vecinos y vecinas de Villafranca. Hay una gran variedad de actividades y se puede degustar el tradicional potaje regado con pan, vino y refrescos y la elaboración de chocolate, postres y dulces típicos de Villafranca. También por la mañana se sirve un desayuno molinero con pan, aceite y bacalao.

Semana Santa

Desde el Domingo de Ramos hasta el Domingo de Resurrección la pasión se apodera de las calles de la villa. Las procesiones de La Borriquita, El Rescatao y La Virgen de la Amargura, El Nazareno y La Virgen de los Dolores, El Sepulcro, El Santísimo Cristo de la Caridad, La Virgen de la Soledad y El Resucitado.

La Semana Santa es un buen momento para contemplar parte del Patrimonio Histórico Cultural del municipio, pues las Ermitas y la Parroquia abren sus puertas para la devoción y clamor popular religioso.

Cruces de Mayo, Patios y Balcones

En torno al 1 de mayo se celebran los patios, balcones y cruces de mayo, tradición consistente en la ornamentación con flores en balcones, rejas y patios de la localidad, así como la colocación de cruces realizadas a partir de una gran variedad de flores en las calles del pueblo. Las calles y plazas se adornan y engalanan, creándose un ambiente festivo para vecinos y visitantes.

La Gran Marranada

La Gran Marranada se celebra el fin de semana anterior al 14 y 15 de Mayo. Esta fiesta se enmarca en la Fiesta de Convivencia de la Hdad. de San Isidro Labrador. Consiste en la elaboración y asado de un gran marrano que se reparte a los vecinos y vecinas de Villafranca y a todas aquellas personas que visitan la localidad durante estos días. Además, tiene lugar la elección de la Miss Romería y las damas de honor, hay degustación de chorizo frito, actuaciones de coros rocieros, etc.

El asado del marrano tiene una duración de todo el día, por lo que la fiesta empieza a primera hora de la mañana, continua al medio día y se alarga hasta bien entrada la noche.

Un extenso calendario. 8

Feria y Fiestas en honor a Santiago Apóstol y Santa Ana

Fiestas de Santiago Apóstol y Santa Ana donde se organizan diversas actividades de ocio. A finales de julio se instalan casetas para la diversión de todas las edades, donde podrán disfrutar de actuaciones diversas y las típicas atracciones de Feria.

Fiestas en Honor a la Virgen de los Remedios

Cuenta la tradición que unos pastores estaban guardando su rebaño y se encontraron la talla de la Virgen en el actual emplazamiento de la ermita. Los villafranqueños, con el deseo de tenerla más cerca, comienzan a edificarle el templo en un lugar más próximo al pueblo, pero las obras se derrumban sorprendentemente y -de modo inexplicable- aparecen los materiales en el lugar del hallazgo. Para admiración y asombro popular, se repite el hecho varias veces, interpretando que la voluntad de Nuestra Señora era estar en aquel lugar, cruce de caminos, desde donde se domina el pueblo.

Esta leyenda, sin fundamento histórico alguno, es la que todos conocemos y se ha difundido de generación en generación, probablemente para buscarle una explicación a los orígenes de esta devoción en Villafranca.

Las primeras fuentes documentales que la relacionan con Villafranca, son los protocolos notariales en los comienzos del segundo tercio del siglo XVI; en dicha época, la devoción a Nuestra Señora de los Remedios estaba ya consolidada. Prueba de ello es que los villafranqueños, al hacer testamento, expresaban entre sus últimas voluntades que se le dieran limosnas a la Virgen de los Remedios.

A lo largo del siglo XVII, la Virgen de los Remedios ocupa el primer lugar entre las devociones de los villafranqueños; esto se deduce por las rogativas, novenarios y procesiones organizadas en épocas de epidemias o cuando las condiciones climatológicas no son favorables a la agricultura y representan una amenaza para las cosechas.

En los siglos XVIII Y XIX el fervor a la Virgen de los Remedios sigue en aumento; se cree que debido a las epidemias, años de sequías e inundaciones que dañan los cultivos.

En el segundo tercio del siglo XVIII, los habitantes de Villafranca vieron aumentado su fervor a la Virgen de los Remedios por la construcción de la nueva ermita en el mismo sitio que la antigua.

En el siglo XX, y como consecuencia de la Guerra Civil, la imagen de la Virgen de los Remedios desaparece de la ermita. Finalizada la contienda, el responsable de la parroquia, Don Enrique Ayllón Cubero, confió al escultor cordobés Don Juan Martínez Cerrillo la elaboración de una talla que sustituyera a la anterior. En 1940 el mencionado párroco bendijo la nueva y actual imagen; por la tarde se celebró la procesión en la que el hermano mayor paseó en sus brazos, a falta de andas, la imagen de Nuestra Señora que era acompañada por una muchedumbre de fieles.

En 1986 el inusitado fervor que los villafranqueños sienten hacia la Virgen de los Remedios, culmina con la Coronación Canónica de la imagen por el obispo de la diócesis Don José Antonio Infantes Florido y el nombramiento de Alcaldesa Perpetua por parte del Ayuntamiento. Con la fiesta solemne del día 8 de septiembre, se dieron por finalizados los actos de la Coronación y se vieron cumplidos los anhelos de muchos villafranqueños que habían heredado, de generación en generación, el amor hacia la Virgen de los Remedios, protectora, amparo y consuelo de Villafranca.