Con una temperatura primaveral, más de 8.000 personas, llegadas de distintos rincones de Andalucía, se acercaron el pasado 14 de mayo al recinto ferial de Villafranca para participar en la 35 edición de la Gran Huevada, festividad que comenzó para conmemorar el día de la víspera de la llegada de la romería de San Isidro Labrador, santo patrón de los agricultores, celebrándose la primera huevada en el año 1982. A las 8.30 de la tarde tuvo lugar el último día de Triduo, y a continuación se procesionó a San Isidro Chiquito, portado por niños del pueblo desde la parroquia de Santa Marina de Aguas Santas hasta el recinto ferial. Una vez llegado a su destino, los niños le hicieron entrega de sus ofrendas, ramilletes de flores y espigas, y en agradecimiento, a ellos se les obsequió con chuches. La imagen de San Isidro presidió uno de los encuentros gastronómicos más concurridos de esta localidad de casi 5.000 habitantes. Tanto vecinos del pueblo, como de la comarca del Alto Guadalquivir, otros muchos venidos de Córdoba, e incluso de otras provincias que fletaron autobuses, no se quisieron perder la Gran Huevada, donde el Ayuntamiento tenía habilitado un amplio espacio para que los cocineros no pararan de freír y freír, con aceite de oliva virgen extra de la última cosecha, de OB Oliva, los más de 20.000 huevos que se repartieron, con pan y vino de Montilla-Moriles, éste último sólo para los mayores de 18 años. Esta fiesta es singular por la manera de celebrarla y de freír huevos.